En la biografía de Karen Blixen se percibe una clara línea divisoria entre su vida en Africa, que en muchos aspectos significó la culminación de sus sueños de juventud, y su vida como escritora. A su regreso, las fantasías que habían alimentado su deseo de vivir intensamente se trasformaron en una meticulosa construcción de la figura de la grande dame que sería a partir de entonces y que reflejan sus retratos más conocidos: una anciana vestida íntegramente de negro, algunas veces con sombrero o una estola de piel echada sobre los hombros, con un cigarrillo entre los dedos. Sus ensayos pertenecen a esta segunda época, cuando ya había publicado las dos obras con las que saltaría a la fama, Siete cuentos góticos y Memorias de Africa, ambas escritas bajo el seudónimo de Isak Dinesen. Los reveses que supusieron la ruina económica, el fracaso de su matrimonio y la pérdida de su gran amor en Africa fueron el motor de sus reflexiones sobre cuestiones que le concernían de manera personal y profunda, el material para sus ensayos, en los que trata temas tan diversos como el feminismo, las diferencias entre razas, la vi