Skye creía que quedarse atascada ante la página en blanco era el peor escenario posible. Poco podía imaginar que su bloqueo de escritor acabaría con una adivina con intenciones cuestionables, una pluma mágica y un puñado de novelas inacabadas. Atrapada entre mundos de fantasía y aventuras, la escritora se verá obligada no solo a enfrentarse a los conflictos de sus personajes, sino también a sus propios sentimientos.