Mario Conde, en Los días de gloria, cuenta cómo cambió la vida de un joven que, con apenas 24 años,
pasó de ser número 1 de su promoción como abogado del Estado a convertirse, con solo 39, en presidente
de Banesto. Entre medias, la propuesta que le hicieron para entrar a formar parte de la masonería,
las conversaciones privadas con Don Juan y con el Rey o los primeros contactos con la familia
Botín. Pero más importante aún será descubrir en estas páginas lo que puede denominarse como
«los abusos del poder del Estado»: la trama del Grupo Prisa, con Jesús de Polanco a la cabeza, para
hacerse con todas las acciones de la cadena Ser y controlar Antena 3; el pacto urdido entre Felipe
González y José María Aznar para intervenir Banesto y provocar la salida de la presidencia de Conde;
la constante y obsesiva persecución a la que fue sometido tras los primeros contactos que mantuvo
con Javier Godó para comprar La Vanguardia; la conspiración pergeñada desde la Zarzuela para
romper su relación con el padre del Rey o la noche en la que un eufórico Aznar entró en el salón de su
casa madrileña gritando frente a varios comensales: «En unos días nos cargamos a Mario Conde».