El enorme legado de Mark Lanegan, de una intensidad brutal, y su voz cruda y cavernosa son ya parte de la historia de la música popular. Poco antes de morir, Lanegan dejó escritas sus memorias. Lanegan relata sin ambages su condición de politoxicómano, alcohólico y adicto al sexo, y el sufrimiento personal que padeció y el que infligió a los que le rodeaban.